VERDADES MENTIROSAS… LA REVOLUCIÓN DE LO IMPOSIBLE

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 Cuanto más se frustra el impulso hacia la vida, más fuerte es el impulso hacia la destrucción;

cuanto más se realiza la vida, menor es la fuerza de la destructividad.

La destructividad es el resultado de la vida no vivida”.

Erich Fromm

Loas ambientalistas que están practicando atentados contra históricas obras de arte en diversos museos europeos, como parte de su propaganda en defensa del planeta tierra y de la sobrevivencia humana en el planeta, esgrimen como armas principales, la soberbia y la prepotencia. Obras de arte de Vincent Van Gogh, Claude Monet, han sido escenario de protestas ambientalistas.

La mala leche de dichos ambientalistas sólo se explica por su gran ignorancia, revelada por sus dichos y sus hechos, como podemos comprobar en la declaración de principios del grupo Just Stop Oil, organizador de las protestas criminales:

Just Stop Oil se define como una coalición de grupos que trabajan juntos para presionar al gobierno a que cancele todas las licencias para el uso, exploración, desarrollo y la producción de combustibles fósiles en el Reino Unido; «La evidencia científica es inequívoca: “El cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta. Cualquier retraso adicional en la acción global concertada perderá una ventana breve y que se cierra rápidamente para asegurar un futuro habitable”

La pretensión del grupúsculo es mayúscula, creen que el ser humano es capaz de ¡asegurar un futuro habitable! Antes de cometer tales atentados criminales deberían conocer más la historia de este planeta y deberían consultar a la astrónoma Julieta Fierro, ella les puede dar la fecha exacta en que el planeta se va a extinguir. Empezarían a discernir que es imposible asegurar un futuro habitable.

“los cuadros tienen cristales” han declarado los activistas, sin embargo las obras han sufrido daños y lo más peligroso es que está degeneración ambientalista se esparce y penetra cabezas huecas como el caso   del grupo ambientalista «Letzte Generation» («Última generación») lanzaron puré de papas contra un cuadro de Claude Monet, de la serie «Les meules» («Los almiares») expuesto en el Museo Barberini de Potsdam: En un comunicado difundido por el grupo activista, señalan que con su acción «plantean a la sociedad la misma pregunta que dos valientes jóvenes mujeres hicieron en la Galería Nacional de Londres con sopa de tomate hace una semana: ¿Qué vale más, el arte o la vida?».

Quienes piensan así están lindando en la cretinez más abyecta ¿piensan que dañando una obra de arte salvan vidas? ¡y creen que están cambiando el arte por la vida!, pero sus acciones propagandistas de este ínfimo nivel, llaman la atención, escandalizan, pero tienen nulo efecto en el cambio climático.

Los grupos ambientalistas que están generando este despropósito no mencionan nunca la clave para detener el proceso de auto destrucción; el fin del capitalismo, que para ser posible requiere de la verdadera “Revolución de las conciencias” y requiere sobre todo de la transformación de la condición humana en otra mayor o sea el fin del egoísmo y la exaltación de los intereses colectivos sobre los individuales, es decir para parar el cambio climático es necesario apelar a lo imposible.

El ser humano es el mayor depredador y para despojarse de su naturaleza tendría que convertirse en el próximo eslabón perdido de la evolución. Es claro que los ambientalistas criminales que están atacando las huellas del espíritu humano (eso son las obras de arte), no conocen lo que es “LA TRAGEDIA DE LOS COMUNES; Este texto publicado por Garret Hardin en 1968 pone en evidencia algunos de los problemas que hoy en día están presentes en todo el mundo: la resolución de las necesidades individuales y económicas, antes que de las colectivas y sociales.

El texto describe a la perfección la depredación capitalista con una especie de fábula: menciona que coexisten dos pastores, cada uno con una vaca situada en un área extensa de tierra fértil, los dos tienen una ganancia de tierra de 1/2, es decir, nadie gana y nadie pierde. Sin embargo, si uno de los pastores decidiera tener otra vaca, éste tendría 2/3 y el otro 1/3 de tierra, por lo que, lo “ideal” sería que el otro también tuviera otra vaca y ambos tuvieran más y más ganado; no obstante, esta solución se basa en el beneficio de cada pastor a corto plazo, pues a largo plazo la tierra puede dejar de ser fértil, el pasto puede dejar de crecer y las vacas pueden morir. Así pues, los pastores ignoran los efectos a largo plazo estando ensimismados por su interés personal, ocasionando la sobreexplotación del suelo.

Por ello es imposible parar el cambio climático o crear conciencia con manifestaciones destructivas porque el dilema de ¿Qué vale más el arte o la vida?  es en sí una contradicción porque el arte es la vida, aunque lo ignoren los ambientalistas. El cambio climático solo puede pararse con la destrucción del capitalismo y el advenimiento de una nueva forma de relacionarnos entre nosotros y con la tierra, es decir LA REVOLUCIÓN DE LO IMPOSIBLE.


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